El pelotazo de las distribuciones GNU/Linux autonómicas

Todos sabemos que la diversidad de distros es una realidad patente dentro de la flora y fauna de nuestro sistema operativo y que es algo que tiene tantos puntos positivos como negativos a la vez.

De hecho, la existencia de tantas distribuciones da la impresión de ser caótica, y que los nuevos usuarios saben poco o nada de ellas, por lo que la experiencia puede ser desalentadora.

Pero si nos parecen muchas, los listados de distribuciones que podemos comprobar en Distrowatch, por ejemplo, solo aparecen 100 pero son varios cientos que no se incluyen en el susodicho listado. Como decía, si nos parecen demasiadas, encima existe una enorme plétora de distros que, o bien son autónomas, locales y/o nacionales, como el caso de Canaima en Venezuela.

Desconozco el estado de este tipo de distribuciones GNU/Linux en América Latina pero en España la experiencia es nefasta, llegando a ser trágica en algunos casos.

La dejadez, la apatía, el desánimo y los trapicheos políticos, que copan la categoría de corrupción en los medios informativos han ido mellando una situación ya grave de por si.

Verán ustedes. España es un país más o menos culto pero la cultura más extendida es la del pelotazo.

Imagináos esta situación. La Junta de Andalucía quiere crear una distribución personalizada de Ubuntu para que sea usada en instituciones públicas como la educación y destina 1 millón de € para encargar el desarrollo del sistema operativo. Sin someter oposiciones o concursos, la Junta encarga el proyecto a Manolito Pérez, que es el hijo del parlamentario o consejero del partido que gobierna. Todo se queda en casa y esto se llama enchufismo. Y el problema es que el dinero no llueve del cielo sino que lo pagamos nosotros con los impuestos.

Hasta aquí el ejemplo de lo que es el pelotazo en España, lo que ocurre después es desolador; el abandono. Esa distribución personalizada de la Junta andaluza no es debidamente actualizada, ni el desarrollador da señales de existencia. Ha desaparecido con la billetera bien colmada y ni siquiera dedicó 10 minutos al día para actualizar o mantener el sistema.  El dinero fácil tiene esas cosas, y peor cuando son desmerecedores.

Y sí, me refiero a Guadalinex, que no está virtualmente muerta pero sentenciada.

Si viajamos a Extremadura la situación no es mejor. Esta comunidad autónoma fue pionera en la creación de distros adaptadas a la comunidad correspondiente y hace 5 años que fue abandonada. Siendo sinceros, llevaba abandonada bastante antes del cierre. Una interfaz descuidada y desactualizada, de hecho su última actualización a Debian Wheezy fue en 2013. ¿Sus desarrolladores probablemente eran del partido que gobernaba o familiares de algún consejero también? Otro pelotazo. En España lo más probable es que fuera así.

Hay, sin embargo, algunas distros autonómicas cuidadas y actuales, como LinKat, que se basa en Ubuntu 16.04 pero está atendida, LliureX, que también está actualizada, o MAX Linux, de Madrid, que además tienen el detalle de mostrar a sus desarrolladores.

Aquí un listado de distribuciones autonómicas de GNU/Linux en España. Aquellas coloreadas de rojo son desactualizadas/sin actividad/desaparecidas:

Hagamos un punto de reflexión: ¿Que influye esto en la comunidad de GNU/Linux?

Influye mucho. Es una oportunidad perdida para que nuestro sistema escale puestos con el uso del software libre en las administraciones públicas y por ende por toda la comunidad gnulinuxera.

También, la dejadez y el descuido de una distribución que ayer fue brillante da muy mala fama a nuestro sistema operativo, pues queda obsoleta. Fijáos que bastantes distribuciones aunque permanecen vivas, no actualizan desde hace muchos años. Y no busquemos responsables de este deterioro más allá que los políticos de turno, esos que o bien han pasado completamente del desarrollo y cuidado o ya han cogido suficiente dinero del presupuesto de una determinada administración. Por ejemplo, Guadalinex lleva desde hace varios años sin actualizar su distribución y la última fue en 2014. No puedo imaginarme cuán gratificante debe ser ganar dinero sin hacer nada. Y nosotros pagar, callar y votar.

También no es menos cierto que ante estos casos, lo normal sería no pensar mal si una distribución no obtiene desarrollo o la cierran, pero conociendo los políticos y la política de España en manos de ladrones, no podemos pensar buenamente, sino en pelotazos, enchufismo y partidismo.

Lo cierto es que da mucha rabia y uno se siente impotente ante este panorama. La corrupción lo abarca todo y las tecnologías de la información no van a ser menos. Y como muestra, un botón. ¿Sabéis la suculenta cifra que puede recibir un político o consejero para que en lugar de GNU/Linux en la administración pública instale Windows y miles de licencias privativas? Pues Redmon paga bien. Muy bien. Pero vamos, para eso estamos nosotros, para pagar sus millonarias cifras y reelegirlos por más años. Lo único que diferencia un corrupto de otro son las siglas.

Así es el colmo de la estupidez humana.

Fuente: maslinux